Los extintores automáticos, también conocidos como extintores sprinkler, son un tipo de extintor que combina un extintor de polvo conectado a un dispositivo que permite la detonación automática al superarse los 75 grados.
Los extintores de polvo son los más utilizados porque a priori pueden apagar casi cual tipo de fuego. Se suele usar varios tipos de bases para confeccionar el polvo químico extintor como el bicarbonato sódico, bicarbonato potásico o el bicarbonato de urea.
Usando estos extintores, el fuego se apaga casi instantáneamente, la explicación más extendida es que los compuestos químicos consiguen romper la cadena de la llama. De forma complementaria los componentes químicos también actúan por sofocación, ya que al contacto con el fuego se crea una película pegajosa que se adhiere a los elementos sólidos creando una barrera con el fuego.
El extintor automático de polvo se activa sin la necesidad de la presencia humana cuando la temperatura llega a los 75 grados. En ese momento la cápsula del sprinkler se rompe y se produce la descarga del extintor.
El principal punto a favor de los extintores de polvo automáticos es que son adecuados para casi cualquier tipo de fuego, en especial los de tipo B, producidos por combustibles líquidos. Los agentes químicos que contiene el extintor de polvo no son conductores eléctricos por lo que también se recomienda su uso para extinguir incendios eléctricos. Los otros tipos de fuegos para los que son adecuados son los incendios tipo A (sólidos) y tipo C (gaseosos).
Tampoco son tóxicos, sin embargo si se producen amplias descargas junto con escasez de ventilación las vías respiratorias se verían afectadas.
Hay que tener en cuenta que los extintores de polvo, una vez utilizados, generan sobre la superficie sofocada residuos corrosivos que deben retirarse rápidamente para evitar posibles daños en el material. Por ello, es recomendado que se utilice en lugares donde se pueda realizar una limpieza fácilmente.
El extintor debe de estar fácilmente visible y su acceso debe ser también sencillo. Debe estar colgado de un soporte fijo en la pared y su altura no debe superar los 120 cm ni ser inferior a 80cm. La situación del mismo debe ser un punto donde se estime puede tener mayor riesgo de incendio y a ser posible cercano a salidas de evacuación. Además el extintor no puede estar más alejado de 15m desde cualquier punto del sector incendio, y si hubiese más de un extintor tampoco podría superar esos 15 metros entre uno y otro.
Los extintores deben revisarse cada tres meses de forma obligatoria. La empresa autorizada puede hacerlo como mínimo una vez al año, siendo las tres revisiones restantes realizadas por el propio usuario o titular de la instalación.
Cada tres meses hay que revisar:
Cada año hay que revisar (por la empresa autorizada:
Se comprueba el timbre del extintor cada 5 años, haciendo un máximo de tres comprobaciones desde su fabricación. Estas revisiones están establecidas según el anexo III del Reglamento de Equipos a Presión, aprobado por Real Decreto 2060/2008.
Como máximo, se estima que la vida útil de un extintor puede llegar a los 20 años. Dependerá del tipo de extintor y el uso que haya tenido. Si se realizan todas revisiones y retimbrados correctamente se alargará su duración lo máximo posible.
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