Emisión de agua por medio de aspersores
Los aspersores están diseñados para que puedan detectar enseguida el inicio de un fuego, apagándolo con agua. Se trata de uno de los sistemas más antiguos para la protección contra incendios.
Se compone de una red hidráulica presurizada con agua, con boquillas y rociadores.
Generalmente, su funcionamiento es de una gran simplicidad. El cambio de temperatura provoca la liberación de agua en una zona concreta, en cantidad suficiente para que toda ella quede mojada.
Sistemas de control de humos
El humo, junto a los gases de combustión, es el causante de la muerte de un 80% de las víctimas de incendio. Su peligrosidad hace que un control de evacuación de humos sea fundamental en un edificio a proteger.
Uno de los objetivos principales en los sistemas de control de humos es la de asegurarse que, durante la evacuación de los ocupantes de los edificios, las condiciones de visibilidad y temperatura sean adecuadas para que nadie resulte dañado.
Otras ventajas de los sistemas de control de humos son que permiten luchar inmediatamente contra el incendio, ayudando además a los bomberos a detectar muy rápidamente el foco del incendio.
Señalización luminiscente
Uno de los daños colaterales en la mayoría de incendios es la ausencia de luz, lo cual complica siempre la situación, pudiendo llegar a provocar que la evacuación de incendios sea más complicada y, por supuesto, más peligrosa. Para evitarlo, y con el fin de conseguir que la evacuación sea fácil y rápida, los edificios han de tener un sistema de señales luminiscentes. La finalidad de esta señalización será la de indicar las salidas del edificio, las salidas de emergencia, el lugar en los que se encuentran los equipos de protección contra incendios y cualquier otro acceso que pueda ser útil para alejarse del incendio.