Tipos de Fuego, características y medios de extinción
La clasificación de los diferentes tipos de fuego se puede hacer a partir de diversos factores, siendo una de las más aceptadas a nivel mundial la que tiene en cuenta qué combustible es el que ha provocado la reacción necesaria para que el fuego tuviera lugar.
¿Cómo se genera el fuego?
Para que un fuego pueda formarse es necesario que se den una serie de factores conocidos como triangulo del fuego sin los cuales la combustión no se puede producir. En primer lugar, el combustible tanto en estado sólido como líquido o gaseoso, seguido del comburente, que hace posible que la combustión se desarrolle y que en la mayoría de los casos es el oxígeno y por último, la energía de activación que permita que la combustión se inicie como, por ejemplo, una chispa, una corriente eléctrica o una fuente de calor.
Es muy importante tener en cuenta que, eliminando cualquiera de estos tres factores, el fuego se apagará. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha descubierto un cuarto elemento, que también es necesario para mantener la combustión, se trata de la reacción en cadena.
Clasificación de los tipos de fuego
A partir de la naturaleza del combustible, el fuego se divide en:
Clase A
Es el que es originado por un combustible sólido, que suele ser también de origen orgánico. Puede asimismo tener lugar, aunque con menor frecuencia, debido a la combustión de plásticos. Estos fuegos son los que solemos realizar en hogueras, así como los que tienen lugar en tejidos vivos o en el bosque.
Se pueden apagar con polvo seco o dióxido de carbono, aunque también es posible apagarlos simplemente con agua.
Clase B
Es el fuego originado por sólidos con capacidad para licuarse, como la cera, o por líquidos inflamables, como el alcohol. Ejemplos de ellos son los que se producen debido a la combustión de gasolina, cera, pintura y otros materiales similares.
Estos fuegos se apagan con polvo seco, aunque también es posible su extinción con CO2 o con agua pulverizada.
Clase C
Comprende aquellos fuegos que se originan debido a la combustión de gases a alta temperatura, como puede ser el metano o el gas natural. Este tipo de fuego se caracteriza y diferencia de otros porque suele aparecer con más rapidez.
Se trata de fuegos que requieren polvo seco para su extinción.
Clase D
En este apartado se engloban los fuegos cuyo origen se debe a la combustión de algún tipo de metal o polvo de metal inflamable, como es el caso de los fuegos provocados por el magnesio.
Para apagar este tipo de fuegos deben emplearse extintores de polvo especiales. Nunca deben apagarse con agua, ya que ésta provoca en ellos una reacción muy virulenta.
Clase F o K
Este tipo de fuegos son conocidos en el continente europeo como de clase F, aunque deberemos tener en cuenta que en los territorios de habla inglesa son denominados como fuegos de clase K.
A esta clase pertenecen los fuegos en los cuales el combustible que ha dado lugar a su origen ha sido la grasa o el aceite que suele usarse en las cocinas.
A primera vista podría pensarse que este tipo de fuegos podría estar perfectamente incluido en el apartado B, se les asignó una nueva clase cuando se vió que tanto el comportamiento de las llamas como los elementos que se debían usar para apagarlos eran diferentes.
Para la extinción de este tipo de fuegos deben usarse extintores de agua que lleven además algunos componentes específicos.
Clase E
Los fuegos pertenecientes a la clase E son aquellos que han sido provocados por elementos que funcionan con electricidad, o elementos por los que ésta circula. En este caso, una alteración de dichos elementos provoca la combustión.
Para apagar este tipo de fuegos se deben usar extintores de dióxido de carbono. Nunca se usará agua para extinguirlos.